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Escucho cumbia

Cuando estoy feliz pienso en cumbia, es raro describirlo así porque siempre es más fácil identificar aquello que nos molesta. Pero a las pequeñas cosas, nunca le damos un espacio genuino en lo cotidiano. Disfrutar es saborear un poco más lo que nos gusta, o los que nos gustan, frenar el tiempo y pensar: si hoy termina el mundo  yo acá me quedaría un rato más, por lo menos hasta que me digan que el meteorito está cerca de la tierra. También es comprar el alfajor de tus amores, darle el primer mordisco y entrecerrar los ojos. Tener la cabeza estallada y sentarte un rato frente al río para que la brisa te sacuda la mufa que te tenía avejentado. Son instantes, momentos de lucidez, de agradecimiento. Hay algo de rebeldía en seguir sonriendo con lo desconocido que nos lleva a lugares placenteros por un rato. Un político diría “le estamos haciendo el juego a la tristeza”, un poeta “le estamos robando un color al destino”, a mi me parece que estamos estafando a la desgracia mientras...

Comodidad

“Una nota no define quienes somos. Un trabajo no define nuestras pasiones, quizás sólo sea un medio para conseguir otra cosa más importante.” Creo que la frase apunta a lo que hay en medio de la idea y la percepción que tienen los demás sobre nosotros. ¿Cómo podríamos convivir en una sociedad, teniendo la idea de que nosotros somos un diez? Un reprobado se asocia con aquel que está haciendo algo mal, no se dedica lo suficiente, es un mal alumno que no fue a clases. Muchas veces puede generar lástima  al pensar que le cuesta prepararse o quizás eligió mal sus técnicas de estudio, pero en definitiva se relaciona al fracaso. Por otra parte, el destacado que aprueba con diez se asocia con la excelencia: El alumno aplicado es merecedor de todos los aplausos, cualquier cosa que diga se toma de otra forma. En ambos casos se omite el esfuerzo y se mira sobre resultados, obviamente para saber quién es mejor y de esa forma catalogar. Porque somos vagos, queremos que nos digan quienes ...

El libro de los por qué

El libro de los por qué se abre frente a tus ojos. Ésta vez el orden está invertido: el te hace las preguntas y vos respondes. Te parece un buen desafío, aunque a las 16 empieza el partido y no querés perder mucho tiempo. Te da fiaca contestar todo por lo que vas pasando las preguntas como las canciones que no te agradan en spotify, lo malo es que hay algunas que no podes evitar. Hace poco te propusiste no ser indiferente con tu realidad, aunque el libro sabe todo de tu vida por lo que no tenes ganas de responder aquellas preguntas incómodas que no te dejan avanzar.Te enojas. Cerras el libro. Colgas. No resolves sabiendo que los ciclos se vuelven a repetir hasta el infinito o hasta que aprendas. Prendes la tele rogando que la voz de Mariano Closs te haga pensar en otra cosa, efectivamente sucede y todo lo que revolviste en tu interior volvió a tomar la misma forma que antes.

Un pastel de papa

Dicen que allá afuera la realidad se desconfiguro de tal forma que reina el desánimo en los rostros, que el miedo se hizo carne. Yo vengo de ahí por lo que puedo dar garantías sobre el asunto, casi me contagian. El mando fue tomado por gente sin un gramo de sensibilidad que pretende sacarnos de la pobreza, nos ven encapuchados y se tientan en sacar el arma solo para recordar viejas épocas. No quiero ponerme denso sobre el asunto ya que seguro estás al tanto de todas esas cosas que salieron mal. Miro desde la esquina como a lo lejos se prende fuego  lo que hace rato llamabas tuyo, las llamas se llevan las pocas esperanzas que guardabas por las dudas. Mientras el fuego se dispersa pienso que va a ser difícil pilotar éste vacío, me cuelgo mirando el humo, elevo el último suspiro hacia un cielo que hace tiempo dejó de ser azul. Parado frente a tu puerta ya me siento a salvo, es muy extraña la sensación de paz que puede transmitir sólo un pensamiento. Lo único que te pido es q...

Almanaque

Es martes 30 y estoy seguro que te daría lo mismo si fuese 32 porque nunca fuiste de tachar los números en el almanaque. Son las 2:18 de la madrugada pero podría ser de día si lo quisieras, las horas se adaptan a tu rutina y así te gusta pensarlo. Ya no es tiempo de la cena y para el desayuno todavía falta un rato, por eso vas en patas hasta la cocina para hacer una mezcla de ambos. Los libros están desparramados porque nunca encontraron un lugar, simplemente llegaron a tu vida y se hicieron un espacio entre todas tus cosas sin pedir permiso. Los vasos se acumulan en el escritorio donde también tenes ropa del fin de semana sin acomodar, junto a la silla de la computadora, donde se encuentra la camisa recién planchada para mañana, porque la prolijidad a veces cuenta. Y comes parado mirando un punto fijo, apoyando tu espalda en un mueble, sosteniendo tu descendencia con un sólo pie, siempre pensando en nuevos objetivos. Ahora entien...

Insomnio

No puedo dormir y creo saber por qué. Me invade un sentimiento muy parecido a ese que te mira de reojo un domingo a la tarde, y a la noche te mete un cross de izquierda en el mentón.Quizás se deba a que por un tiempo no voy a tomar el tren como siempre por lo que estoy obligado a modificar el recorrido que hacía cada mañana. Es feo cambiar de rutina drásticamente, peor es enterarte justo en ese instante que eras feliz con poco: un vagón, un asiento en el fondo, tu asiento, una ventanilla, tu ventanilla. Creo que de eso va todo esto, no se trata de las cosas que tengas sino de las que forman parte de tu rutina. Lo que llamas tuyo, ese es tu reino. ¿Será ésta delgada línea una frontera con la zona de confort? Es exagerado pensar que el sólo hecho de modificar una rutina afecta mi estado, pero lo hace. Pienso en las dos horas de viaje adicionales, pero también en que no voy empezar el día como siempre. Como no te vas a ...

El tiempo es humo

Si se te llegan a volar los patos, tranquila, yo te los traigo y te ayudo a ponerlos en fila otra vez. Intentas prender el Parisienne con los dedos nerviosos, las yemas chamuscadas, sin darte cuenta de que el cigarrillo está al revés por lo que te va a costar prenderlo. Me percaté a la misma velocidad de tus palabras al querer explicar esa discusión que tuviste en el colectivo pero ¿como decirtelo sin que pienses que te interrumpo, qué estoy ignorando todos tus problemas o que sólo me ocupo de frivolidades?  No quiero que me malinterpretes no voy a enseñarte a fumar, pero me pone nervioso. De todas formas valoro que hayas pensado en mí para expulsar  lo que te da bronca, es el acto más honesto que puedo presenciar. Por eso prefiero quedarme con el comentario en el bolsillo, es más acertado mirarte a los ojos aunque los tuyos estén perdidos en un torbellino de puteadas. Si lo necesitas frenamos el reloj un rato y nos ...