Comodidad

“Una nota no define quienes somos. Un trabajo no define nuestras pasiones, quizás sólo sea un medio para conseguir otra cosa más importante.” Creo que la frase apunta a lo que hay en medio de la idea y la percepción que tienen los demás sobre nosotros. ¿Cómo podríamos convivir en una sociedad, teniendo la idea de que nosotros somos un diez?
Un reprobado se asocia con aquel que está haciendo algo mal, no se dedica lo suficiente, es un mal alumno que no fue a clases. Muchas veces puede generar lástima  al pensar que le cuesta prepararse o quizás eligió mal sus técnicas de estudio, pero en definitiva se relaciona al fracaso. Por otra parte, el destacado que aprueba con diez se asocia con la excelencia: El alumno aplicado es merecedor de todos los aplausos, cualquier cosa que diga se toma de otra forma.


En ambos casos se omite el esfuerzo y se mira sobre resultados, obviamente para saber quién es mejor y de esa forma catalogar. Porque somos vagos, queremos que nos digan quienes son los buenos, quiénes los malos, con quien debemos juntarnos, quien nos puede robar, quien se merece la gloria, quien la muerte, por lo tanto separar por categorías resuelve un poco el asunto. Pensar en forma binaria, bueno/malo, quizás no sea políticamente correcto pero nos hace sentir seguros de nosotros mismos para juzgar a través de preconceptos establecidos. Es obvio que hay intermedios y que por fuera de éstas construcciones que hacemos a diario hay un mundo más rico que espera ser descubierto, pero después de todo ¿quién tira la primera piedra?

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