Catástrofe
— Vos qué vas a la
facultad:¿Cómo ves a la Argentina de acá a 20 años?
Un rostro expectante
necesitaba escuchar alguna revelación apocalíptica sobre la situación actual,
para terminar en lugares comunes como: “Cristina y todos los peronistas que le
precedieron son unos chorros” o “Macri es un gato lleno de plata que nos quiere
hundir”. Medité la respuesta por unos segundos, que sirvieron para terminar de
hundir en mi garganta una porción de milhojas exquisita pero pastosa, aclare
las cuerdas vocales y rompí el silencio:
“Bien, perfecta, es más:
De acá a 5 años la veo mejor por un factor clave: Es cíclica. Hoy estamos mal,
pero en unos años va a mejorar”. Costó mantener mis argumentos porque sólo lo
hacía para jugar (no hace falta mencionar cómo está la situación actual y lo
que puede pasar si se siguen tomando medidas contra los trabajadores), pero no
es de política de lo que quiero escribir, sino de la necesidad de llevar toda
situación a la catástrofe absoluta. Nos gusta el desastre, la decadencia, la
explosión. Exponer las miserias humanas hasta el punto máximo. Somos fans de que
nos cuenten en el noticiero como nos vamos a cagar de calor al otro día. De
escuchar cuantos tiros le metió un ladrón a su víctima. De ver cuán infeliz es
el equipo rival que perdió el clásico por “cagón” como si fuera un valor que se
trabaja entrenando en el gimnasio. No le echemos la culpa a los medios o las
películas, son sólo masificación de nuestras miserias. Su único mérito es
difundirlas y lucrar con eso. Lo mismo que vemos reflejado en la tv o redes
sociales es lo que salimos a buscar a la calle: violencia, rencor, verborragia.
Sangre, nos mueve el morbo de ver qué ideología esotérica nos puede adelantar
como va a ser el fin del mundo. ¿Hay que esperar algún calendario maya o
podemos seguir comiendo milhojas tranquilos?
“No les tocó un mundo fácil,
el tema es que hacen con eso” Dijo una profesora. Coincido en absoluto. Estamos
en una catástrofe, ni siquiera hace falta salir a la calle para darnos cuenta.
Si el lector agarra el celular en este momento dará cuenta que el mundo está
perdido. Llegó el momento en que la estupidez gana el partido y los
humanos se golpean la cabeza unos a otros en Twitter para ver qué banda es más
rockera. Instagram se puebla de frases como: “sé tú mismo” como si existiera
otra opción. Ni hablar de cómo se defenestra a un artista sólo por mostrar su
visión del mundo. Los noticieros se cansaron de mostrar culos en verano y ahora
se cuelgan de causas sociales muy pesadas para tener un poco más de audiencia.
Ya esta, perdimos: El tema
es que hacemos con eso: ¿Nos hundimos en este basural o tratamos de ir contra
la corriente? La pregunta fue hecha con total inocencia y agradezco que me haya
hecho reflexionar, pero el fondo, su fin era encontrar las imágenes
apocalípticas de una Argentina en llamas como nos tocó ver en alguna época. El
horror nos golpea la puerta, no hace falta que lo invitemos a la mesa.