Confesiones de fernet (Relato)
Y quizás me preparaba un fernet, y te pensaba. Porque no siempre tengo ganas de pensarte, pero a veces el fernet me hace pagar el precio de tomarlo. Corto una botella de plástico por la mitad, fabricando uno de los vasos más prácticos que existen. No hay tijera, el cuchillo exige un poco más de concentración, si la mala suerte se apodera de la situación la noche terminaría en el hospital. De todas formas hoy termino solo, acostado en mi cama o esperando atención médica en el hospital. En los dos casos te estaría pensando. En uno con la la suficiente paz para recordarte detalle por detalle. En el otro, solo con la necesidad de que me acompañes. Busco hielo en el freezer. La cubetera no está completa, pero igual alcanza para enfriar el trago. Porque yo no elegí estar tomando ahora, simplemente estaba pensándote y una cosa llevó a la otra. Cierta vez pudimos observar como la botella negra iba perdiendo su contenido hasta terminar en el verde clásico de toda botella de fernet. Cuenta risa...